Temazcal: Mi primer contacto con la tierra

Día sábado, despierto un tanto ansioso, un tanto nervioso, se aproximaba mi primer Temazcal.

No es el mismo donde fui, pero el diseño es similar. 


Solo para contextualizar a quienes no conocen el término, un Temazcal (Del Nahualt Temazcalli, "Templo de vapor"(Gracias Wikipedia) es un ritual con fines medicinales, que consiste en un grupo de personas dentro de una estructura (en mi caso fue de barro, cubierto con telas y sostenidas por una estructura de madera), donde por medio de una persona guía se van introduciendo piedras volcánicas (Abuelitas Sagradas) calentadas previamente en un enorme fogón, en estas se queman hojas y aceites para generar humos aromáticos y se vierte agua para hacer vapor. Es como un sauna, pero con trasfondo étnico.

Cynthia, una muy querida amiga, me hizo la invitación hace unos días y tras hablar muchas veces del tema, decidí que estaba listo para asistir al ritual.


Al llegar a la Aldea de la Paz, ubicada en pleno Cerro Blanco (Apu Wechuraba), la primera sensación que se percibe es una tranquilidad solo interrumpida por las bocinas y los motores de las calles aledañas, pero independiente de eso, la paz que se respira es increíble. Hay una vista espectacular al cementerio general, uno difícilmente cree que pueda existir algo así en pleno centro de santiago.


Decido entrar al (si mal no recuerdo) 2º Temazcal del día, por recomendación de uno de los guías. Me dijo que era ideal, ya que eran las puertas de sanación.


Acepto, aún sin entender mucho de que trataba. Me cambio de ropa y espero mi turno en la fila para entrar, con mucha inquietud. Luego de darme la bienvenida y purificarme con humos, me hacen entrar. Es necesario entrar agachado, ya que la estructura no mide más de metro y medio. Ya había gente dentro, que estaban ahí desde el comienzo. Con dificultad entro y me apoyo en la pared de barro, mis pies descalzos sienten la agradable sensación de la tierra fría, en comparación al intenso calor que se sentía en el aire. Y así, va entrando gente de a poco, algunos hacían reverencia y pedían permiso al Gran Espíritu para entrar, entre ellos Cynthia, quien se sienta frente a mi, mirando hacia las piedras ubicadas al centro.


Cuando ya habían ingresado todos, comenzaron a traer a las Abuelitas, quienes eran presentadas y saludadas, como se hace cuando entra alguien importante a un lugar. El guía nos explica que las piedras volcánicas han estado en la tierra por miles de millones de años, y son ellas quienes poseen la sabiduría del universo y que por medio de ellas nos íbamos a conectar con la tierra. Cuando las piedras eran depositadas en su lugar, el guía ponía ramas y hojas sobre estas, las cuales al entrar en contacto se queman, liberando el humo que atraíamos a nosotros con nuestras manos, pasábamos por sobre nuestras cabezas y respirábamos hondo. Al entrar a todas las Abuelitas, dieron paso a bajar las telas, dejando todo en la más absoluta oscuridad.


El calor del lugar se incrementa rápidamente, mediante el guía va rociando agua sobre las piedras al rojo. En ese momento el calor y el vapor fueron tan abruptos que mis bronquios se cerraron de golpe, dejándome sin poder respirar por un largo rato. Recordé y seguí un consejo del guía, acerqué mi cabeza al suelo, donde el aire estaba enormemente más frío que 10 centímetros más arriba y ahí me quedé, tratando de mantenerme consciente. Tras unos minutos, voy incorporándome de a poco, aun respirando con dificultan.


Ahí dentro, con todo ese calor y mojado entero, se entiende que el objetivo es simular un útero, nuestro primer hogar.


Mientras tanto y a modo de 'romper el hielo' comenzamos a presentarnos, diciendo nuestro nombre, el de nuestros padres y nuestro Nahual, que corresponde a nuestro espíritu y vendría siendo el animal con el que nos identificamos.


Terminando la presentación, comenzaron los cantos. Algunos de estos estaban en español, otros en lenguas antiguas (o por lo menos eso creo, no logré descifrar mucho) y ya terminados, pedimos que levantaran las cortinas. El aire fresco trajo un suspiro de alivio generalizado. Estábamos todos embarrados y sudados, esas fueron solo siete abuelitas... y solo fue la primera puerta, restaban otras tres.


Todos respirábamos hondo, sabíamos que ese leve cambio en la temperatura del aire sería en único alivio por otro largo rato. Mientras entraban al lugar otras siete abuelitas más y volviendo a estar en oscuridad total, noté que dos tenían nombre: Agua y Océano. Entendí que cada puerta iba dedicada a un elemento en específico, en este momento es donde me di cuenta de lo imprescindible que es cada elemento para sostener la vida en la tierra, a su vez es donde entendí a cabalidad el concepto de "Conectarse con la tierra", al buscar el refugio del calor apoyando tu cabeza en el suelo y que al paso del tiempo, ese calor ya no era tan irrespirable y que efectivamente no existía lugar más cómodo para estar. Incorporándome lentamente, comienzo a cantar junto con los demás compañeros.


Tercera y cuarta puerta. Abuelitas Aire, Viento, Fuego estaban acompañándonos junto al abuelo Sol, este último abrazándonos con todo su calor, ni siquiera el suelo podía calmar ese vapor hirviendo que tocaba mi espalda y cubría todo mi cuerpo. Los cantos se hacían cada vez más intensos mediante estábamos próximos a terminar, la catarsis estaba en su clímax.


La cortina se levantó, nos despedimos del gran espíritu, dando las gracias y fuimos saliendo de a uno, sucios y mojados, siendo recibidos por un guía, que nos daba la bienvenida con humos aromáticos. Había nacido de nuevo.


Da lo mismo la religión o cosmovisión que tengas, vivir esta experiencia tiene un fin ultra terapéutico, no tanto para el cuerpo si no más para la conciencia, que es una experiencia que trasciende edades y a la vez es descubrir que si ha de existir un "Dios que nos da la vida", este se encuentra bajo nuestros pies y siempre ha estado ahí, estamos unidos a ella en un flujo infinito de energía que ha pasado desde nuestros ancestros más lejanos hasta nosotros y que seguirá estando ahí con los hijos de los hijos de nuestros hijos.


Estoy pasa'o a humo y me encanta.

No hay comentarios: